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Los Ocho Versos del Entrenamiento de la Mente, Geshe Langri Thangpa

Los ocho versos del entrenamiento mental constituyen la síntesis del Budismo Mahayana Tibetano, expresados de una forma clara y sencilla por el Geshe Langri Thangpa. Conforman una guía práctica del desarrollo de las virtudes, y de la convivencia, de la transformación de las emociones y de la mente.

Te animamos a leerla y tenerla de referencia, y a compartirla, pues creemos que será de ayuda para muchos.

Tuvimos la suerte de recibir enseñanzas de estos versos del Geshe Thupten Tsondue en su visita a España de Octubre pasado. Se lo agradecemos infinitamente.

Geshe Langri Tangpa

  1. Pensando que todos los seres sensibles
    son más valiosos que la joya que satisface deseos,
    con el fin de lograr el objetivo supremo
    siempre los consideraré con cariño.
  2. Siempre que esté en compañía de otros,
    me veré como el más insignificante entre ellos,
    y desde lo más profundo de mi corazón
    apreciaré a los demás como supremos.
  3. En cada una de mis acciones, vigilaré mi mente
    y en el momento que surjan emociones destructivas,
    las confrontaré con fuerza y las apartaré,
    ya que nos harían daño tanto a mí como a los demás.
  4. Siempre que vea a seres con malas intenciones,
    o aquellos abrumados por conductas negativas y sufrimiento
    les apreciaré como algo muy escaso,
    como si hubiese encontrado un tesoro que no tiene precio.
  5. Siempre que alguien, por envidia,
    me haga mal atacándome o despreciándome,
    tomaré la derrota sobre mí
    y daré la victoria a los demás.
  6. Incluso cuando alguien al que yo haya ayudado,
    o sobre el cual haya puesto grandes esperanzas
    me maltrate muy injustamente,
    contemplaré a esa persona como un verdadero maestro espiritual.
  7. En breve, directa o indirectamente,
    ofreceré ayuda y felicidad a todas mis madres,
    y en secreto, haré mío
    todo su daño y sufrimiento.
  8. Aprenderé a mantener estas prácticas
    libres de la corrupción de los pensamientos de las ocho preocupaciones mundanas.
    ¡Que reconozca todas las cosas como ilusorias,
    y sin apego, que obtenga la liberación de la esclavitud!

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